jueves, 6 de enero de 2011

Un nuevo estilo

Quienes hayan visto la trilogía “El Padrino” recordarán la discusión entre los hermanos Corleone para decidir quien debía asesinar a "El Turco" Sollozzo, enemigo de su padre Vito. Debo ir yo imploraba "Sonny", tu no tienes experiencia. Pero su consiglieri Tom Hagen aconsejó que fuera Michael, quien en ese entonces aún no pertenecía al mundo de la mafia, debido a que Michael “no lo verian venir”.

Valga este ejemplo extraído de la ficción para reflexionar acerca de lo esencial que es “que no te vean venir” para cumplir un objetivo en la política o en la guerra. El objetivo es sorprender al enemigo de forma tal que este no pueda reaccionar ante el ataque.

Néstor Carlos Kirchner inauguró un estilo diferente en la política, el del político que “no lo ven venir”, dado que asumió la presidencia con el 22% de los votos y apadrinado por Eduardo Duhalde, todos pensamos que era mas de lo mismo.

Pero el tenía bien firmes sus ideales. Y un día estalló: “Como presidente de Argentina, vengo a pedir perdón en nombre del Estado Nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades”.

¡Que oportunista! Dijimos en aquel entonces, tratando de de ocultar la sorpresa. Es que para los militantes revolucionarios o mejor dicho, con intenciones revolucionarias, es inadmisible que la revolución venga del poder ejecutivo, nosotros tampoco no lo vimos.

Hoy a corta distancia de aquellos hechos y muchos otros hechos revolucionarios e independentistas (rechazo al ALCA por ejemplo), debemos reconocer su estilo inteligente, su visión estratégica. Debemos reconocer que el supo llegar al poder y nosotros no. Que hizo cambios graduales pero profundos, que luchó hasta el último día de su vida.

Me reconozco seguidor de los afiches y volantes del PO, que son muy coherentes y consecuentes. Pero, ¿tiene sentido divulgar nuestro plan de acción para captar adeptos, exponiéndolo ante nuestro enemigo? Por los resultados obtenidos, parece que no.

Es hora de replantear cual es el camino que debe seguir la militancia. ¿Debemos ser coherentes y consecuentes? ¿Extremos y crispados? ¿Moderados y conciliadores?

A todos los compañeros militantes les dejo la inquietud.

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